Seguramente será un año de quiebre con tantas apuestas sobre la mesa. Ojalá sea para bien.
Se asoma el nuevo año, definitivo para la economía y la democracia colombiana. El gobierno del presidente Petro dejará de ser novedad y empezará a fijar su impronta. Entre tanto, llegarán las elecciones regionales en octubre y el mundo podría dirigirse hacia una recesión, que nos pondrá a todos en calzas prietas.
Dejo 5 preguntas sobre temas fundamentales del 2023:
1- ¿Habrá equilibrio entre el mandato de cambio que ganó en las urnas y la responsabilidad de construir sobre lo que ya funciona?
Ese será el reto fundamental de las reformas laboral, pensional y a la salud anunciadas por el gobierno. Las grandes transformaciones son esperadas y necesarias, pero no de cualquier manera. La destrucción del actual sistema de aseguramiento en salud, con las EPS a bordo, el excesivo encarecimiento del empleo formal, la negación de las formas de trabajo del siglo XXI y el poner en riesgo el ahorro pensional de millones de colombianos pueden ser, más bien, saltos al vacío.
2- ¿Cuál será el lugar de la economía digital estos años?
En materia TIC, el gobierno ha priorizado la conectividad de zonas apartadas. Y eso es fundamental. Pero al mismo tiempo, el país conectado protagoniza una economía digital creciente, vigorosa y que tiene mucho por ofrecerle a propósitos superiores de este gobierno, como la economía popular, la transición energética y la Paz Total. Pero para eso, necesitamos actualizar un marco regulatorio del siglo XX. El 2023 podría ser el año para la promoción del emprendimiento con base tecnológica, la reglamentación de las plataformas digitales de movilidad, la generación de condiciones más claras para el crédito digital, y la definición de un marco jurídico para los criptoactivos, entre otros.
3- ¿Cómo va a funcionar la Paz Total?
Este tema necesita un compás de espera. Los diálogos de paz son lentos y tortuosos. Pero seguramente, el año 2023 va a servir para entender cosas básicas: primero, si el ELN va en serio con su voluntad de paz y si tiene unidad de mando; segundo, si despega el diálogo con las disidencias de las Farc y si la opinión pública lo tolera; tercero, si los demás grupos armados ilegales le jalan al tema; Cuarto y más importante: si la comunidad internacional empieza a allanar el camino para una nueva visión de la lucha contra las drogas. Sin eso, seguiremos corriendo detrás de nuestra propia cola.
4- ¿Por fin se aprobarán las reformas sobre libertades individuales?
Los proyectos que reglamentan la eutanasia y que autorizan el consumo recreativo de cannabis se han hundido innumerables veces. Nunca habían llegado tan lejos como ahora. Las dos iniciativas se jugarán la vida entre marzo y junio de 2023, por primera vez con apoyo del gobierno nacional. Ojalá salgan adelante, por fin.
5- Reforma Política, ¿a qué costo?
En este mismo medio, publiqué hace unos meses una columna respaldando el proyecto de Reforma Política presentado por el gobierno. Sobre todo, porque eliminaba el voto preferente y aseguraba mayor elegibilidad de las mujeres, a través de las listas alternadas y paritarias.
Hoy, el remedio puede ser peor que la enfermedad. Aunque estos deseables propósitos siguen ahí, pareciera que el propósito central de este proyecto es otro: permitir que los congresistas sean nombrados ministros, lo cual debilitará la ya maltrecha independencia del Legislativo en un régimen presidencialista; y habilitar el transfuguismo, para que los miembros de un partido elegidos popularmente se pasen a cualquier otro, sin importar la voluntad de sus electores. Entre tanto, El proyecto avanza a buen paso y ya completó la primera mitad de su trámite.
Las respuestas a estas preguntas, entre muchas otras que pueden hacerse los lectores, definirán el rumbo de las instituciones, la economía y la ciudadanía colombiana en 2023. Seguramente será un año de quiebre con tantas apuestas sobre la mesa. Ojalá sea para bien.
Por otro lado: hago pública mi preferencia por Argentina en la final de mañana. Como millones de habitantes del planeta, quiero ver a Messi levantando la copa. Sería el triunfo de la humildad, el autocontrol y la persistencia. El tipo se la merece. Además, quedaría en la historia un escalón arriba de Maradona y eso deja tremenda enseñanza.
*El autor es el Director Ejecutivo de Alianza In.